LAS VENTANAS DESPROTEGIDAS SON UNA INVITACIÓN A LOS LADRONES
Las ventanas de la planta baja sin asegurar o abiertas son una tentadora invitación para los ladrones. De hecho, alrededor de un tercio de los robos en viviendas unifamiliares se producen a través de ventanas de la planta baja. Para garantizar la protección antirrobo, es importante asegurar ambos lados de la ventana con cerraduras probadas. Cada metro lineal debe estar equipado con un punto de aseguramiento, tanto en el lado del cierre como en el de las bisagras. Las cerraduras de manilla son especialmente adecuadas para el lado de cierre, ya que sustituyen a la manilla convencional de la ventana y, por lo tanto, no es necesario accionarlas por separado.
Ventanas antirrobo
Las ventanas que no están bien aseguradas pueden abrirse en cuestión de segundos con un simple destornillador. Para dificultar su apertura, las ventanas antirrobo deben estar equipadas con cerraduras de cabeza de seta que enclaven firmemente las hojas de la ventana con el marco. También existen clases de resistencia para los elementos de las ventanas que deben tenerse en cuenta a la hora de elegir ventanas nuevas. Se dividen en siete clases, de RC1 N a RC6.
Reequipamiento de ventanas con protección antirrobo
Existen varias opciones para adaptación de ventanas existentes: desde sistemas de seguridad mecánicos de reequipamiento hasta soluciones mecatrónicas que combinan protección mecánica y alarmas electrónicas. Para una seguridad óptima, deben seleccionarse productos de alta resistencia y homologación VdS que, no obstante, sean fáciles de manejar. Una instalación adecuada es esencial, ya que de lo contrario no se garantiza el efecto protector.
En las viviendas unifamiliares, el puertas de patios o balcones son los mayores puntos débiles del concepto de protección antirrobo. Hay que aplicarles las mismas reglas que a las ventanas.