Protege lo que más quieres. Porque estamos seguros de que la vieja pala que usaba tu abuela para trabajar en el jardín es muy querida para ti. O el soplador de hojas que has comprado hace poco.
Y no sólo eso. En determinadas circunstancias, una pala olvidada en el parterre puede servir como herramienta de robo en lugar de una palanca. O una escalera tirada por ahí puede servir para forzar el balcón del primer piso. Los muebles de jardín también suelen ser un objetivo popular para los ladrones oportunistas. Si, por ejemplo, no están asegurados con una combinación de cerradura y cable, simplemente se los llevan "de paso".
Un cobertizo para herramientas o una caja de herramientas de exterior es una forma estupenda de guardar sus pertenencias y cerrarlas con uno de nuestros candados. De este modo, todo lo que utilices en el jardín, en la terraza o en el jardín delantero permanecerá en general muy bien protegido contra el robo.